No es necesario declarar como amigo a una persona la que necesariamente uno conoce desde la niñez. Amigo es una persona que aparece casualmente en la vida, pasan momentos juntos y si permanece hasta el fin de los días se puede decir que encontraste el famoso hermano elegido, y sino, bueno, se puede decir que fue una persona que en su ciclo de relación con vos te hizo un bien grande y seguramente vos a él. Igual esa es una definición de amistad muy global, yo la tomo de otra manera, a veces bastante dañina. Para mí un amigo es más allá de alguien con quien se elige con el dedo o con el cual se establece una relación casi comercial, en el sentido de que me hacés bien te hago bien y ya. Amigo, es alguien en quien voy a hacer el esfuerzo más grande que pueda para verlo bien. Esas cosas son las que me empujan día a día, ver como mis amigos crecen a mi lado. Parece una relación flagelo, es decir, no es que me desvivo por mis amigos y me quedo en la posición de carmelita descalza haciendo sostén de toda persona cercana a mi círculo. Se que mis amigos me ayudan en todo, que me abrazan si lo necesito, inclusive si no, hasta me han hecho llorar en momentos en que los necesitaba, pero trataba de guardar cada lágrima para no preocuparlos. Por suerte hoy me considero una persona con amigos de oro, los cuales no me fallarán nunca, y si me fallan la verdad es porque me equivoqué, permití que esa persona entre en mi camino sin darme cuenta, ese es un grave error que suelo cometer, pero por suerte es algo corregible. A mis amigos les dedico el mundo y cada parte de mí, porque bien ellos saben que cada rincón de mí lo integran ellos. Ni la distancia, ni los horarios, ni los meses, ni años nos vencen, es un hilo de oro.