Recordar tu cara, tus facciones contraidas, tu rostro totalmente consumido, son fotos que no me voy a borrar ni con tres botellas de tequila en la cabeza. Espero algún día verte llegar por la puerta y que me digas que estás contento porque tenés una idea nueva de algún proyecto que pensaste en el camino. Que me lo cuentes como tantas otras cosas que no me interesaban. Tamibén extraño que me inventes amigos que no existen, preguntar por ellos, preguntar por carreras que nunca empecé, por novias que nunca tuve. Anhelo que vuelvas a llamarme de nuevo Pedro, o Juan o alguno de esos infinitos nombres que me bautizabas día a día. Extraño todo de vos, no sé por qué lo hago, porque lo detestaba, pero te englobaba, y verte así, esa persona detenida, me mata. Hoy tus ojos me reflejaron demasiado, en realidad todo lo que no podías decirme, yo te dije lo que sentía por vos sin pena alguna, te dije que te amo y como pudiste me lo devolviste. Sos mi padre y aunque haya pasado todo lo que pasó entre nosotros vamos a volver a tomar algo en la esquina, no va a ser la mejor charla de repente, tenemos un par de cosas que tratar, pero quiero que sepas que te deseo lo mejor y que voy a ser tu hijo siempre. Mañana voy a agarrar tu mano de nuevo, no te preocupes.